A pesar de que, acostumbrados a escuchar el swing con instrumentos de viento, el oírlo interpretado por parte de una orquesta de cuerda, debería suponer un cierto choque para el público, la verdad es que la conexión entre la Swing Machine Orchestra (SMO) y los espectadores asistentes al concierto de ésta en el auditorio "Infanta Elena" fue prácticamente instantánea y se mantuvo, o incluso creció, a lo largo de la actuación de la orquesta. En la cerca de hora y media que duró el concierto, la SMO pasó desde el swing más ortodoxo ("American Patrol" o "In the mood") a los villancicos propios de la próxima Navidad ("Jingle Bells" o "Los campanilleros"), pasando por otros géneros, como el bolero ("Piel Canela" o "Quizás, quizás, quizás), el pasodoble ("No te puedo querer") , la balada ("Ojos negros") o los ritmos propios del Caribe ("Mambo número 8", que mezclaron con acordes de "El manisero"). La Swing Machine Orchestra estuvo formado en su concierto de Águilas por diez músicos de cuerda (violines, viola, violonchelo y contrabajo), más percusión, una bailarina de claqué y un cantante, aunque esta última función fue asumida en ocasiones por dos de las integrantes de la SMO. El grupo, que brilló a lo largo de la noche, respondió a las mejores expectativas que hubiera podido despertar y terminó de ganarse al público cuando, para cerrar el concierto, todos sus miembros abandonaron el escenario y bajaron a la platea para cantar en acústico el "Oye como va" que hace años popularizó Carlos Santana. En resumen, los espectadores disfrutaron tanto con las melodías que conocían como con las que no y también parecieron pasarlo muy bien los músicos, algunos de los cuales eran autores de la adaptación al swing de músicas en principio ajenas a éste, lo que confirma que fue un acierto por parte del Ayuntamiento de Águilas, con la colaboración de la asociación Amigos de la Cultura, la programación de un concierto de esta música cuando hace más o menos un siglo de aparición en los años '20 del siglo pasado.
