
Ignasi Terraza, un grande del jazz en el Casino de Águilas
Decía hace unos días que Ignasi Terraza es “un grande del jazz y no sólo a nivel nacional”. Si alguno de los asistentes a los dos conciertos que dio el sábado día 8, en el Casino de Águilas tenía alguna duda al respeto, seguro que la ha descartado, como se demostró con los aplausos unánimes que hubo al final y durante su actuación. Y es que, como decía Duke Ellington, en una afirmación sencilla pero palmaria sobre el jazz, "si suena bien, es bueno". Bueno, pues sonó muy bien, luego fue muy bueno. Y otra frase, ésta del propio Terraza, define lo que sucedió en el salón de los espejos: "la música se hace para poder compartirla y para poder pasar un buen rato", aunque se queda corta, porque el adjetivo correcto sería "excelente". Terraza, que centró su actuación en la música de Oscar Peterson, pero recurriendo también a otras figuras legendarias, como Dizzy Gillespie, y a alguna composición propia, lleva años en primera fila y era un colofón de lujo para cerrar un muy buen año de jazz en Águilas, donde se han celebrado diez conciertos, organizados por la asociación de Amigos de la Cultura, con la colaboración del Ayuntamiento y del ICA. Recordemos por si a alguien se le han olvidado: Andrés Barrios, Chipi Chacón, Caramelo de Cuba y Alana Sinkey, en la temporada invierno/primavera, Maykel González, David Hermlin y Jorge Pardo, en el festival de verano, y Patricia Krauss, Jorge Vera e Ignasi Terraza, en este otoño. Las brillantes actuaciones de todos estos cabezas de cartel han sido posibles también gracias a quienes les acompañaban. Como la relación sería excesivamente larga (y tampoco la tengo a mano), nombraré a los dos extraordinarios intérpretes que acompañaron en esta ocasión a Terraza: Esteve Pi (batería) y Andrés Lizón (contrabajo). Su reconocimiento debe entender que se extiende a todos los demás.












